Cómo preparar una buena tabla de quesos

En nuestra fábrica de quesos artesanales sabemos lo importante qué es que una tabla de este embutido esté bien presentada para que resulte más apetecible. Combinando quesos de diferentes sabores y texturas se consigue una tabla perfecta. Eso sí, hay que recordar comerse los quesos que tengan un sabor más fuerte al final. De esta manera su sabor no “matará” al resto de quesos.

Tabla de quesos

Se puede comenzar cortando unas cuñas de un queso manchego curado que tenga un sabor o aroma intenso. Este tipo de queso se caracteriza por una curación lenta y por su aroma ácido e intenso. Puedes escoger entre uno que tenga la corteza lisa y grasienta u otro con una corteza de color marrón y áspera.

Añade a la tabla unas piezas de queso de leche de cabra, preferiblemente maduradas durante diez meses. Esto contribuye a que su aroma sea muy dulce y que tenga un ligero sabor a nuez. Debido a su maduración larga, su pasta es crujiente por la cristalización de la proteína. Su olor es lechoso y su saladura perfecta, por lo que crea un dulzor muy equilibrado.

Ahora es el momento de intercalar unos trozos de membrillo, un producto que se obtiene de mezclar la fruta del membrillo con azúcar y hervir durante un mínimo de dos horas. La combinación de su sabor con cualquier tipo de queso es perfecta. No olvides añadir un queso azul. Su textura, que se va haciendo más mantecosa según se aumenta su período de maduración, su sabor dulce y su regusto picante, resulta de lo más agradable en cualquier tipo de tabla de quesos. Para finalizar, agrega unas uvas por encima a la tabla y prepárate para triunfar.