Vino blanco o vino tinto para los quesos

Un estudio sensorial realizado sobre el vino y su maridaje con el queso ha manifestado que al contrario de lo que todo el mundo cree, los vinos blancos secos impulsan mucho mejor las sensaciones del gusto en el momento de degustar un queso. Por eso, desde nuestra fábrica de quesos artesanales aconsejamos el consumo de este tipo de caldo cuando se vaya a degustar este riquísimo producto.

El queso y el vino

El queso logra modificar de manera significativa el sabor del vino y casi, de manera sistemática, mejora su apreciación. Es España existe un refrán que dice “que no te la den con queso”. Pues bien, hace referencia a la manera en la que antiguamente se daba a probar el vino a los potenciales compradores. El amargor, la acidez y la astringencia de un vino tinto se ve reducido gracias al queso, lo que permite una percepción mejor de los aromas del vino y por tanto, una mejora en su apreciación.

Por otra parte, cualquier queso que se consuma con un vino blanco dulce hace que se reduzca la percepción aromática del vino, y aunque no reduce su apreciación hedónica, tampoco la aumenta. Hay que decir, que los investigadores han comprobado que el vino solamente cambia el sabor del queso y no su apreciación sensorial. En líneas generales se puede decir que un queso de sabor fuerte combina mejor con un tinto joven o un blanco meloso, mientras que un queso de sabor delicado, lo mejor es consumirlo con un vino tinto con cuerpo, un espumoso, un rosado semiseco o un blanco seco.